Las bananas son consideradas una fuente natural de isótopos radiactivos. Por ejemplo, hay una cantidad minúscula de potasio 40 presente en cada una de estas frutas. Es una cantidad tan baja que no se considera peligrosa sino que forma parte de la radiación de fondo normal a la que todo ser humano está expuesto. El propósito de este artículo es crear una mejor percepción la probabilidad de padecer un efecto adverso producto de la exposición a esta fuente de radiación y comparar esta exposición con la recibida en estudios radiológicos cotidianos.
Dosis recibida
Para hacer referencia a las dosis de radiación recibidas por una persona, se utiliza la unidad sievert, que toma en cuenta los efectos biológicos de la misma. Con el fin de generar un poco de contexto en relación con la dosis recibida por una persona al consumir una banana (0.1 microsievert o µSv, o su equivalente 100 nanosievert o nSv) se puede comparar con la radiación de fondo total recibida por un ser humano promedio en un año que es de aproximadamente 3 milisievert o mSv (o 3000 µSv, o tres millones de nanosievert). En otras palabras, la dosis de radiación de fondo anual en un ser humano promedio equivale a consumir 30 mil bananas.
Al comparar esta misma dosis con estudios radiológicos de rutina se destacan los siguientes resultados:
- Una ortopantomografía genera una dosis promedio de 0.01 mSv que equivale a comerse entre 50 a 100 bananas (~0.0001 mSv cada una).
- Una radiografía de tórax (0.02 - 0.1 mSv) equivale a consumir de 200 a 1000 bananas.
- Una mamografía bilateral (0.8 mSv) equivale a consumir 8000 bananas.
- Una tomografía de tórax (7 mSv) equivale a consumir 70 000 bananas.
Es claro que la dosis recibida al consumir una banana es significativamente menor que cualquiera de los estudios radiológicos más comunes. Pero, ¿quiere decir esto que la dosis de dichos estudios es muy alta? La respuesta a continuación.
Probabilidad de padecer cáncer
En un artículo pasado, se había analizado cuál era la probabilidad de padecer cáncer después de realizarse un estudio radiográfico y se había recomendado una herramienta para obtener estos datos para casi cualquier tipo de examen radiológico.
Como ya se había mencionado, el aumento relativo de la probabilidad de padecer esta enfermedad es sumamente bajo después de realizarse cualquier estudio radiológico. Por ejemplo, la probabilidad de padecer cáncer después de realizarse una radiografía de tórax aumenta en un 0.000876 % para un hombre de 30 años o 0.004045 % para una mujer de 50 años después de realizarse una mamografía. Si se compara con los datos mencionados anteriormente, la probabilidad de padecer cáncer después de comer una banana aumenta en un 0.0000009 %, es decir, se trata un aumento ridículamente bajo.
Otra forma de poner en perspectiva esta dosis es al compararla con el límite permitido para las personas que trabajan con radiaciones, 50 mSv al año, que es lo mismo que comer 500 mil bananas. Una persona que viva 80 años, necesita comer 16 bananas diarias para alcanzar, al final de su vida, la dosis máxima permitida para personal ocupacionalmente expuesto (POE) en un año; y no hay estudios que demuestren que, en general, el cáncer se presente más en POE que en la población en general. Evidentemente, existen otras cosas más importantes por las que preocuparse en la vida.